Aprendiendo de la Vida, brazo – parte 1 (Junio – Agosto 2019, Lourido – Big Island)

Lunes, 17 de junio de 2019, confirmo el segundo curso de Lomi Lomi Nui en Hawaii, llego a casa y caigo, haciéndome daño en un codo. Teóricamente 3-4 dias de reposo y “listo”.

Al principio, mucho cuestionamento en relación al viaje a Hawaii:

¿será que es una señal del Universo para no ir? ¿Qué es lo que tengo que aprender con esto? ¿Es una prueba para comprobar que quiero ir? ¿Es una forma de prepararme para el viaje o para la nueva etapa que estoy empezando a transitar?

La primera semana estuve bloqueada y no conseguí comprar el billete.

Lunes, 24 de junio de 2019, voy al fisio para volver a ejercitar el brazo poco a poco y con la pregunta: ¿será que consigo viajar para hacer los cursos de masajes (para los que necesito los dos brazos)? Y la fisio me dice que lo único que tengo es una leve dislocación del hueso radio y que hasta finales de julio estaré totalmente recuperada con algunas sesiones de fisioterapia , por lo que puedo comprar el billete sin problemas. Al día siguiente, con esa inyección de confianza, pillo el billete para el 25 de julio, o sea, 1 mes para recuperarme.

Hasta los 12-14 días siguientes a la caída, mejoro lentamente con fisioterapia , pero de repente, retrocedo y la movilidad de mi brazo es peor que el día que caí. ¿Por qué? Tal vez, exceso de movimiento al hacer vida más o menos normal y sobre todo, porque todos mis miedos, ansiedades e inseguridades relacionadas al viaje las concentré en el brazo.

Después de esa recaída, tocó cambiar de actitud, deshacer esa barrera de miedos en mi brazo y en vez de vibrar en el miedo, tener una actitud positiva, asumiendo mi responsobilidad para manifestar mi recuperación del brazo y poder viajar!

Fueron días de empezar a ver varias sombras que se están mostrando a lo largo de este proceso. Las primeras: acoger y compartir mi vulnerabilidad y pedir ayuda. Asique aproveché la oportunidad para trabajar esas sombras, iluminándolas compartiendo mi estado de vulnerabilidad, pidiendo ayuda y activando mi red de apoyo. Fueron muuuuuuchas las muestras de apoyo y cariño en forma de Reiki, orientaciones para usar el cuerpo sutil, reflexiones e inspiraciones sobre como interpretar esta situación en este momento, rituales específicos para mi proceso de cura, Ho´oponopono, abrazos, mucha energía y pensamiento positivo, caricias y cuidado de mis queridas sobrinas, etc,…

Los días pasaban y la fecha del viaje se acercaba, teniendo la sensición de contrareloj,…asique tocó también desapegar de mi intención y deseo de viajar y abrirme para aceptar lo que tenga que ser en estos momentos. Desapegar de las expectativas y ¡aceptar y fluir en lo que es! Teniendo muy claro de que si no viajaba, seria postponer el viaje, pero no cancelarlo y olvidarme de mi propósito de profundizar en Lomi.

También me deparé con muchas creencias limitantes, yendo inicial y automáticamente a lo convencional sin pensar en otras formas/técnicas de cura trabajando el cuerpo físico. Al darme cuenta, pude complementar lo convencional con otras técnicas de masaje que lógicamente tocaban niveles más sutíles que el físico. Fue interesante conocer un poco el mundo de la “fisioterapia” a través de dos profesionales diferentes y con abordajes muy distintos. Una versión robótica y cañera de hacerte llorar al doblar el brazo (mi principal limitación) y una versión más suave e integral trabajando toda la cadena afectada (desde la mano hasta la escápula). Fue interesante también ver el abordaje limitado del sistema de salud.

Fueron semanas de cambiar planes – “tour gallego” previsto para la primera semana de julio cancelado – y centrarme en el cuidado de mi brazo. Mucho aprendizado y observación sobre mi misma y sobre el funcionamiento de mi cuerpo físico, y sobre como mi entrega y presencia durante una sesión influye en el resultado de la misma, así como cuando del otro lado tienes un profesional presente y vibrando amor el efecto se amplifica considerablemente.

Fueron semanas de oscilar mucho sobre que hacer en relación al viaje, gestionando mi ansiedad y frustación y la de mi familia que se preocupaba por mí. Y con pocas mejorías estaba a una semana del viaje y con la necesidad de tomar una decisión: ¿viajar o no viajar?

En ese momento, entro en contacto con la profesora del primer curso para compartir mi situación e indecisión, su respuesta me coloca en un contexto de seguridad, acogida y cuidado si decido viajar. Justamente lo que necesitaba leer para abrirme para esa posibilidad de viajar y curar mi brazo desde allí. Y cuando me abro para esa posibilidad, el brazo empieza a mejorar. ¡Decido viajar!

Una semana para preparar una maleta “indefinida”, organizar cosas burocráticas pendientes, finalizar proyectos importantes (como pintar la caseta de los cerdos), despedirme de la familia y amigas y de organizar la llegada en Hawaii. Fue una semana intensa y milimetrada donde todo fue fluyendo y lo más importante fue hecho. A lo largo de la misma tuve varias señales confirmando de que todo iba a salir bien (tarjeta de crédito para viajar que llega antes de lo previsto y antes de viajar (yo viajaba el 24/07 para Madrid y la fecha prevista de entrega era el 26/07), no perder el bus en Lugo (y conseguir antes de eso darle un abrazo de feliz cumpleaños a mi querida sobrina Berta!), o conseguir mi ESTA (la autorización electrónica de viaje a los Estados Unidos) la tarde antes de embarcar con la ayuda de mi hermana (porque simplemente me olvidé de ese pequeño detalle)).

Asique el 25 de Julio – día de Santiago y día fuera del tiempo en el calendario maya – consigo viajar, lanzándome en el abismo de lo desconocido, confiante, tranquila y con el corazón abierto. Sin duda, esto no sería posible sin mi fuerte deseo interno, sin el apoyo incondicional de mi familia a mi decisión de viajar y sin la masa crítica de familia y amiga/os que estaban vibrando por mi sueño.

Fue curioso depararme que esta aventura me estaba volviendo a mostrar las dos primeras lecciones de mi curso de Lomi Lomi Nui en Brasil a finales de 2017. Por un lado, el control, dejar de lado mi tendencia a controlar y simplemente confiar (lo único defindo del viaje era el curso, por lo que a partir del 02/08, nada organizado) y por otro lado, colocarme en la posición de recibir – abandonando mi natural posición de “dar” – y simplemente cuidar de mí y recibir.

Hasta aquí, el previaje.

Ahora voy a contar un poco el inicio del viaje en la Big Island de Hawaii hasta finales de agosto, el cual fue pautado por mi brazo. De hecho actualmente, mi principal guía y fuente de aprendizaje es mi brazo.

Primer curso de Lomi Lomi Nui hecho (fue de una semana de duración), aprendiendo otra línea de Lomi Lomi Nui, conociendo un poco de la cultura tradicional de Hawaii, creando nuevos lazos humanos, recibiendo amor y cuidado. Fue una semana de aprender desde otro punto: recibiendo y observando.

Después pasé una semana en la región del bajo Puna (uno de los cinco distritos de la isla) en la casa de una colega del curso. Más conocimiento local de esa región, la cual fue afectada por la erupción del volcán Kilauea el año pasado. Fue una semana de autocuidado, de descanso, de contacto con el agua, de masajes y de definir los próximos pasos.

Después vino otra semana en Hilo de más autocuidado antes de irme para Captain Cook para tener una experiencia con workaway, intercambiando unas horas de trabajo por hospedaje y alimentación en una hacienda de café y miel. Teoricamente estaría dos semanas, pero tuve que cambiar de planes y regresar a Hilo porque mi brazo empeoró (por una combinación de exceso de movimiento y de caos). Asique los últimos dias en la Big Island fueron centrados plenamente mi energía en mí, antes de viajar para Maui el 30 de agosto para el curso intensivo de Lomi Lomi Nui que comienza el 01 de septiembre!

Mucho aprendizaje en estas semanas. Voy a intentar resumirlo a través de algunas frases que están bastante vivas en mí en estos momentos.

La vida no te dá lo que tú quieres, te dá lo que necesitas para evolucionar” Bert Hellinger.

Sin duda, lo que estoy viviendo está siendo todo un desafio y oportunidad para evolucionar. Desde julio vengo pensando en ese sentido, pero tengo que reconocer que sólo hace unas semanas que estoy sintiéndolo así. Al principio, mi mente lo interpretaba así, pero mi corazón se frustaba por no estar siendo lo que esperaba que fuese. Ahora cada vez más me deparo en la suerte de estar viviendo esto desta forma, pasando a sentir que esto es realmente lo mejor para mí y que es algo que me vá a enriquecer enormemente (ya lo está haciendo y siento que aún falta mucha cosa).

Es preciso salir de la isla para ver la isla. No nos vemos si no salimos de nosotros” José Saramago.

En este caso he tenido que venirme a una isla, pero realmente siento que estoy saliendo de mí para verme. El brazo me está haciendo desacelerar totalmente, disminuyendo las fuentes de distracción externa y colocándome en una posición de observación y autocuidado total. Eso me está haciendo verme a mi misma, con mi luz y con mis sombras.

Solo podemos dar a los otros, aquello que tenemos el coraje de recibir en nosotros mismos” De alguna de las lecturas de Pathwork.

Esta frase me toca profundamente. La necesidad de harmonizar la energia de dar y la de recibir. Mi tendencia natural es dar, donarme para la otra persona,… en contraposición, para mí es difícil (o muy difícil dependiendo del caso) recibir. Varias “creencias limitantes” que alimentan ese patrón de personalidad desde mi infancia. Para mi, la Lomi Lomi Nui es una conexión con la esencia de mi alma, ha sido un rescate de un don natural mío. Mucha gente percibe claramente mi entrega, energía y amor cuando aplico el masaje. Soy la mejor versión de mi misma en esos momentos. Y curiosamente, ahora que estoy queriendo profundizar más, siento que el Universo me está diciendo: “Carmen, para entregarte en tu máxima potencia,…tienes que aprender a amarte y a recibir amor”. Recado recibido Universo! Estoy trabajando en ello!

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentesSe le atribuye a Albert Einstein, pero he leído que no se conoce la autoria a ciencia cierta.

Esta frase me ronda muchas veces para intentar salir de la locura (y hacer las cosas de forma diferente para tener resultados diferentes). Actualmente se aplica integralmente para el brazo y para todo las sombras que están apareciendo. Para el brazo, estoy sintiendo que soy como un laboratorio de mi proceso de cura: observando y leyendo mejor mi cuerpo; aprendiendo distintas técnicas de respiración; comunicándome con mi cuerpo; testando técnicas de automasaje; limpiando aurea, memórias (Ho´oponopono),…; experimentando diversas técnicas de masaje; prestando atención a mi actitud y pensamientos; aplicando diferentes técnicas energéticas (como Reiki o cuerpo sútil). Para las sombras que están apareciendo también estoy poco a poco cambiando hábitos para desconstruirlos y construir otros más saludables (por ejemplo, ahora me cuesta menos pedir ayuda, a base de hacer un ejercicio activo de pedir ayuda a lo largo destes meses).

PS: Post escrito a finales de agosto de 2019.

En el siguiente post espero mostrar un poco algunos lugares y curiosidades de la Big Island (incluyendo fotos)! y seguir contando un poco sobre mis pasos en Maui.

Esta entrada ha sido publicada en Sin categoría y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *