Una de mis grandes aficiones es el teatro. Ya hace años que quiero hacer algún curso de teatro o incluso animarme a hacer teatro pero nunca se dieron las circunstancias idóneas o no tuve el empeño suficiente,… pero algún día lo conseguiré.
El origen de esta afición tiene nombre propio: García Lorca y se remonta a la época de instituto, pero esta historia daría o dará para otra entrada.
Y si miro hacia atrás recuerdo grandes momentos vividos disfrutando de obras de teatro,
como el estreno de “Tres sombreros de copa” en la casa de cultura de San Tirso en el que el grupo de la asociación cultural reaparecía en el escenario después de varios años para arrancarnos risas a niños y mayores del pueblo.
O como una obra de teatro de la I muestra de teatro independiente del fórum metropolitano en Coruña en la que un clown mudo me hizo reír hasta la saciedad.
O como la obra de Shaskpeare de “El sueño de una noche de verano” en un teatro madrileño me hizo aplaudir hasta que me doliesen las manos para agradecer el espectáculo vivido.
Cuando haga realidad lo de “hacer teatro” hay varias cosas que me gustaría hacer:
Una de ellas es hacer uno de los cursos anuales de el grupo de teatro del Norte (Asturias) para aficionados/as motivados/as. Anualmente me llega la información y todavía no he podido hacer ninguno. Este año es en agosto y estará dedicado a la “emoción”.
Otra de ellas es adentrarme en el denominado “teatro del oprimido” de origen brasileño y puesto en valor por el dramaturgo Augusto Boal en la década de los 70 tiene su influencia por la pedogagía del oprimido de Paulo Freire. Este teatro se concibe como herramienta de lucha social, de búsqueda de soluciones a través de sus protagonistas – los oprimidos – , es un teatro en el que el público se transforma en actor, cobrando protagonismo el diálogo y la creatividad en la búsqueda de soluciones. Totalmente recomendable leer el mensaje de Augusto Boal en el día mundial del teatro de 2009 y me quedo con la frase:
“Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida.”
En Coruña, a principios de Julio habrá un curso de Teatro del Oprimido. Aunque no estaría nada mal hacer un curso de este tipo en su lugar original.